lunes, 12 de diciembre de 2011

Are you on the list?

Comentario crítico sobre el artículo “No soy joven” por Jesús Barbeito. Revista NEO2, Diciembre 2011.



Jesús acude a pedir clemencia como un condenado a muerte. A pedir clemencia o a dar pena. Resulta que Jesús Barbeito, artista, diseñador gráfico y responsable de Diseño e Identidad Corporativa de un importante ayuntamiento de la Comunidad de Madrid, se lamenta de tener 51 años. Un apasionado de la pintura, como el mismo se califica, que se queja de las facilidades que se ofertan a artistas jóvenes en concursos y certámenes.

En su favor se ha de decir que la obra de un artista será buena o mala independientemente de la edad que tenga su creador. Pero nadie pone en duda esta realidad.

Las facilidades que se ofertan a artistas jóvenes son necesarias y totalmente comprensibles. Cualquier artista recién licenciado, con muchas ganas y poco dinero, desea pintar, exponer y vender. Creyendo que la genialidad daliniana nos espera en la puerta de salida de la facultad, salimos atolondrados en busca del éxito. Nada más lejos de la realidad. Las dificultades que se nos presentan son tales, que precisamos de ciertas facilidades ajenas. Los concursos, certámenes, becas y demás incentivos para la creación artística joven, son medios que facilitan la creación, divulgación y venta de obras de artistas nóveles sin valor en la firma.

Jesús afirma, que esta sociedad de consumo, el mundo del arte llega a considerar el máximo valor lo joven. Esto es así. La pintura es, aunque no se quiera reconocer, algo tan cíclico y modal, que continuamente se buscan nuevas vías de expresión pictóricas que renueven constantemente uno de los soportes más repetitivos, predecibles, constantes y rancios del mundo del arte. Lo simple del soporte, sin embargo, no está reñido con la calidad de lo que genere el artista sobre él. Es decir, querido amigo Jesús. Si no has podido alcanzar cotas más altas que las de centros culturales de segunda, quizás no sea por tu edad, sino por la calidad de tus obras. No se puede culpar al mundo del arte de la pérdida de aquellas oportunidades que se te presentaron de joven y dejaste pasar. Deja de ahogarte en los lodos de un pasado que nunca vas a recuperar, y eleva la cabeza hacía el futuro, un futuro tan incierto, que no sabes lo que te puede traer. Quizás, con más trabajo y menos queja, con más visión y fe, y menos lamentos melancólicos, se te presente una oportunidad. La zona VIP no está vetada a mayores de 35 años. Depende única y exclusivamente de ti la entrada en la historia. Créete un genio, y te acabarás convirtiendo en uno. Sigue soñando Jesús, sigue soñando.


David Von Kirchen

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